sábado, 10 de marzo de 2007


MI TIERRA

Yo no puedo decir que mi Tierra es una estancia
tampoco es la chica provincia ni un departamento
ciertamente que no puede ser el país que ostento
si así yo lo creyera sería muy torpe mi ignorancia.

Ya nuestro mundo se encuentra muy globalizado
solamente entre planetas se concibe la distancia
el gran asunto es que el hombre en su arrogancia
se obstina en mantener el orbe muy subordinado.

Por eso cuando alguien me pregunta por mi Tierra
yo resuelto le contesto con una calma muy serena
mi Tierra es este planeta donde existe gente buena
pero también hay seres que sólo creen en la guerra.

Mi Tierra es una tenue figura en el espacio estelar
y desde lejos ella se muestra remozada y vigorosa
su belleza gira envanecida con fuerza majestuosa
en la tercera instancia del prodigioso sistema solar.

Tiene mi Tierra una luna que la ronda muy sensual
una bella luna que silente se desnuda en las noches
una luna taciturna que nunca atiende los reproches
de los seres que sólo hablan con euforia tan bestial.

Por eso contemplo a mi Tierra flotando en el espacio
con esa calma que adorna al inmenso entorno estelar
son tantas las estrellas que giran de manera circular
cada una cumpliendo su misión alegre y muy despacio.

Las maravillas existentes en esta vida tienen su lectura
sólo debemos contemplarlas con una vista muy serena
la hormiga trabajando y la abeja que honra su colmena
son la forma en que la naturaleza muestra su cordura.

Es el hombre en este planeta la especie más privilegiada
pues aparte de sus dones Dios le ha dado el pensamiento
pero a veces sus actos sólo le dejan un vil remordimiento
porque en su afán de materia su alma queda desvirtuada.

La Tierra es muy bella cuando uno la observa desde lejos
pero ya de cerca el hombre absurdo le cambia sus colores
atizando una guerra que deja tristezas y agónicos dolores
y dañando su aire en una forma que nos deja tan perplejos.

Por eso es vital que mi Tierra por el amor sea inundada
con pletóricas manifestaciones de solidaria convivencia
acabar el odio es un asunto que se impone con urgencia
para que Dios pueda sentir que su Obra está culminada.


Mauricio Bernal Restrepo.
Bogotá, Colombia.