jueves, 24 de diciembre de 2009



REFLEXIÓN NAVIDEÑA


Siempre las abigarradas luces navideñas se reflejan en las pupilas candorosas y anhelantes de los niños, en tanto que los adultos mitigamos la nostalgia del tiempo recorrido en ese año que se suma a la existencia y que se resta a la vitalidad. Las mamás y las abuelas pendientes de las viandas trabajan con esmero para brindar su destreza culinaria a todos los filiales, mientras que el perrito con sus ojos suplicantes espera paciente la porción que le confiere el derecho de sentirse parte de la familia. Afuera el frío se desplaza en todo su libertinaje, en tanto Copenhague llora la indolente indiferencia de quienes no quisieron comprometerse con la redención climática del planeta. El calentamiento global avanza presuroso ante la impotente mirada de unos glaciares que en forma irrefrenable van menguando su tamaño, mientras que adentro del hogar la chimenea calienta las gélidas imágenes que la T.V. aborta sobre unas ciudades petrificadas por el hielo. En todas partes los hombres brindan eufóricos por el nuevo año, al tiempo que ocultan con su discreta sonrisa la ansiedad que les produce el afán de su progreso material, sin mucha prisa desde luego para evocar el drama de tantos niños que diariamente mueren desnutridos y famélicos. Me pregunto entonces… ¿cuál es el sentido redentor de un pesebre orbital que aglutina una humanidad subordinada al imperio de la inequidad, la indiferencia y la penuria?. Al tiempo que contemplamos con admiración los progresos que nos muestra la ciencia convencional, otros investigadores trabajan afanosos en forma soterrada, destinando su tiempo al desarrollo de siniestros artefactos nucleares concebidos para la muerte. Y así todos seguimos caminando como hipnotizados por este mundo sin conocer el destino que nos aguarda y que se encuentra bien escrito en el derrotero estelar desde tiempos que no alcanzamos a cuantificar. A todos se nos olvidó que a este mundo hemos sido remitidos para buscar a través del trabajo interior ese venerable nivel superior en la conciencia. A todos se nos olvidó que derrotar el ego para orientar la vida al servicio de nuestros semejantes, constituye el sacro fundamento de la paz mundial, esa paz que se apoya en la sabiduría, la justicia, la equidad y la concordia. Nunca supimos interpretar y mucho menos emular esa armonía que rige la bella danza de las esferas, avanzando silentes y rutilantes en el espacio infinito. Pero ha llegado la hora de mirarnos en el espejo de la existencia para conocer de frente y sin ambages la realidad evolutiva que nos concierne. Nuestro sistema solar se aproxima al anillo fotónico que proviene del corazón de la galaxia y allí estaremos situados en su centro, justamente dentro de tres años… justamente en treinta y seis meses. El 21 de diciembre del 2012 comenzará una nueva dimensión para nuestras vidas. La carga fotónica del anillo que proviene de Alción, ese majestuoso sol que regenta la galaxia, generará cambios diametrales en nuestro espíritu, en nuestra mente, en nuestro cuerpo y en nuestro entorno… es ahí cuando entenderemos el sentido y conoceremos la magnificencia del niño Jesús. Por gracia de la inefable carga fotónica a la que estaremos expuestos, el ADN de los humanos será modificado para catapultarnos a una nueva dimensión humana, marcando el inicio del camino que nos llevará a convertirnos en seres de luz y limpios de corazón… allí sepultaremos el odio, la mentira, el engaño y la inequidad para darle paso al amor fraterno que tiñó con sangre la cruz y que ahora tan escasamente recordamos. Cuando ingresemos al anillo muy conveniente será que estemos preparados y por eso es inminente el esfuerzo que debemos desplegar para acribillar ese ego que nos mantiene embotellados… ese ego que nos mantiene ciegos frente a la verdad de nuestro real destino… ese ego que no nos permite cambiar el estado guerrero, torpe y primitivo de nuestro comportamiento. El mal y la iniquidad tienen sus días contados y por eso quienes trabajen arduamente en la depuración de su ser interior y esencial, estarán habilitados para atravesar el anillo y hacerse acreedores a la sonrisa del Supremo… quienes persistan en su egolatría y su indiferencia, quienes sigan aferrados a los deleites pasajeros y mundanos, a su lacónica ira, a su frenética codicia, a su sórdida lujuria y su insaciable gula, mucho me temo que no cabrán por la puerta de la redención y tendrán que esperar hasta que su conciencia evolucione. Quienes resulten acreedores a la nueva dimensión, seguramente serán beneficiarios de indescriptibles privilegios…ellos estarán por encima del tiempo y del espacio… entenderán la inenarrable grandeza del amor… conocerán y serán poseedores de especiales dones como la ubicuidad, la levitación, la clariaudiencia, la clarividencia y muchos otros…su mayor patrimonio será su corazón y su mejor herramienta la sabiduría… una de sus principales virtudes será la sobriedad con la cual manejarán su ropaje, su alimentación, su lenguaje y su comportamiento…así será el pesebre que conformarán los hombres de luz, los hombres de buena voluntad que oportunamente decidieron encauzar sus vidas por un sendero realmente fraterno… los hombres que sólo desean vivir para rendirle en forma diáfana y ostensible, un honrado y ferviente tributo a la verdad. Así pues, el anillo fotónico será el instrumento que alumbre el pesebre de nuestra existencia, no obstante que ahora el niño Jesús permanece en su cuna con el pañalito mojado.

Para todos deseo una navidad llena de paz y reflexión, así como un nuevo año de mucha prosperidad espiritual.

Fraternalmente,



Mauricio Bernal Restrepo.


Bogotá, Colombia.


Ilustración: No tengo referencia de su autor.










sábado, 28 de noviembre de 2009

ADMONICIÓN



De una cosa debemos nosotros ser concientes
si una vida sensata y apacible queremos llevar
para nada conviene del funesto pasado renegar
pues eso sólo nos tornará tristes e impacientes
todo lo que realicemos en este tiempo presente
seguramente nuestro futuro podrá determinar
de qué sirve en todo momento recordar y llorar
alimentando la nostalgia de los años precedentes
si las cosas que fueron no se pueden modificar
más conviene ser estoicos, serenos y pacientes
debemos tratar el tiempo de un modo inteligente
pues aquí no hemos venido para sufrir y lamentar
concebidos hemos sido para cultivar el bienestar
prodigándonos un trato respetuoso e indulgente
este mundo tiene sentido por gracia de su gente
porque la Tierra sola nunca se podrá desarrollar
y por eso Dios en un trabajo bien benevolente
quiso que el hombre este mundo pudiera habitar
quiso dotar a la criatura con un cerebro maduro
para que cada día forjara con denuedo su futuro
y así con el tiempo felizmente se pudiera liberar
hay una promesa sacra en la que debemos confiar
y una vez abandonemos este cuerpo tan doliente
si bien hemos actuado Él nos acogerá sonriente
en ese paraíso destinado para el hombre espiritual
en ese remanso dotado con ambiente puro y celestial
al que podremos ingresar de una manera reverente
y por eso conviene orar con mansedumbre penitente
para que a la hora de la muerte podamos resucitar
creo que siempre he sido un hombre poco diligente
pero también confío en que Dios me puede perdonar
justamente era eso lo que yo les quería comentar
ahora que mi humilde vida se torna tan creyente.
.
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Mauricio Bernal Restrepo.Bogotá, Colombia.
Fotografía: Autor desconocido.

domingo, 4 de octubre de 2009



GRACIAS A LA VIDA

Gracias a la vida, que nos dio tu canto
y nos llenó de abrigo, con tu bello manto
fueron tus sonidos, magistral encanto
que feliz copiaste, de grillos y canarios
con tambora regia, con acento garbo.

Gracias a la vida, que al pasar los años
el dolor supiste, interpretar muy claro
liberando cadenas y llevando amparo
con juglar poema, con estribillo sacro
volando pura, en el tiempo y el espacio.

Gracias a la vida, que nos dio el legado
de tu mirada lerda y tu verso soñado
uniendo la Tierra, con el cálido abrazo
de tu amor sublime, de tu bello letargo
agua limpia que tu ser, nos fue regando.

Gracias a la vida, que te dio el descanso
una vez cumplido, ese rol tan solidario
desde niño disfruté, en tu voz el remanso
y pudieron tus notas, mitigar temprano
mi ferviente anhelo, mi espiritual encanto.

Gracias a la vida, por la flor del amaranto
que permanece tan lozana y que dura tanto
igual a tu tonada, que trasciende el campo
y tu alma nívea, que desentrañó el arcano
de la dicha inescrutable, del amor preclaro.

Gracias Merceditas, gracias por tu encanto.
Gracias negrita, por haber amado tanto.
Gracias bella ondina, por la magia de tu canto.

Mauricio Bernal Restrepo.
Bogotá, Colombia.
Fotografía: Autor desconocido.


DALE SEÑOR EL DESCANSO ETERNO…
Y QUE BRILLE PARA ELLA LA LUZ PERPETUA.

viernes, 2 de octubre de 2009



LA BENDITA PAZ

En este día de ansiosa paz compartida
este día en que la concordia es anhelada
una reflexión os dejo de manera sentida
pues quiero ver esta Tierra apaciguada.

De poco sirve esa contienda inmoderada
que tantas vidas erróneamente sacrifica
el hombre en su arrogancia poco claudica
sólo persiste en ver la razón exasperada.

He aquí la bandera de la paz enarbolada
clamando ver en los hombres la armonía
cantando con ellos esa fraterna melodía
uniendo su brazos en una ronda soñada.

La voluntad es égida que guarda protegida
esa calma que requiere la vida confortada
no para agredir Dios nos puso en esta vida
sí para amar Él dejó su sangre derramada.

Que callen las metrallas su bulla desalmada
que apaguen las bombas su estridente ruido
que el pertrecho en el fuego sea consumido
y que la dicha aflore una sonrisa renovada.

Las amenazantes ojivas hoy carecen de sentido
pues su detono sería el cruel final de la jornada
el átomo es un fuego que el hombre no ha sabido
manipular consciente y en una forma controlada.

Con cuánta torpeza nuestra ciencia hoy trabaja
para dejar este planeta por la ceniza consumido
no fue para esto que Dios la vida hubo concebido
basta ya o mañana el lodo será nuestra mortaja.

Sembrad hoy en vuestro corazón la tolerancia
y dejad que germine la viva simiente del perdón
cada que cultivamos la paz ofrendamos oración
y de esa flor amorosa sentiremos su fragancia.

Guardad pues en lo más recóndito de vuestro ser
esta bandera con sus tres esferas tan radiantes
pensamiento, palabra y acción están equidistantes
Padre, Hijo y Espíritu Santo actuando por doquier.


Mauricio Bernal Restrepo.
Bogotá, Colombia.
Ilustración: Bandera de la paz de Nicolás Roerich.

UNA OFRENDA EN EL DÍA MUNDIAL DE LA PAZ.



domingo, 27 de septiembre de 2009



DELECTACIÓN

Ay si al ver tus profundos ojos yo pudiera
resistir ese fuego de tu mirada cautivante
de seguro yo quedaría exánime al instante
y exhalaría mi impoluto amor por doquiera.

Ay si la tersura de tu piel mi mano percibiera
en las noches profundas de amor enardecido
la vendimia de tu cuerpo yo habría bendecido
y en el corazón sentiría una dicha verdadera.

Ay si el néctar de tus besos mi sed mitigara
y bebiendo reverente la frescura conociera
al hado yo brindaría un tributo tan siquiera
y a tu tez un beso que el afán me regalara.

Ay si mi sueño en una verdad se convirtiera
y despertara lento navegando en tu regazo
un certero amor te envolvería con mi brazo
y así dejaría que la eternidad me sostuviera.


Mauricio Bernal Restrepo.
Bogotá, Colombia.
Ilustración: Autor no conocido.

miércoles, 5 de agosto de 2009



ENSOÑACIÓN

Soñar es emprender un vuelo sin el afán de llegar
es desplegar con todo anhelo una romántica ilusión
es oír cuando la vida nos modula tenue su canción
soñar es rondar la noche hasta el dulce despertar.

Soñar es el bello rito de quererlo todo contemplar
y capturar la imagen que nos brinda cada momento
acoger siempre la belleza como pulcro sacramento
como una hermosa dama que se lleva hasta el altar.

Soñar es ungir el cuerpo para que pueda descansar
y dejar que los arrullos expresen su suave melodía
sentir que uno con el universo comparte la armonía
y que nacimos a este mundo con el fin de disfrutar.

Soñar es dejar que el alma ronde el espacio sideral
para que pueda ella jugar con los luceros rutilantes
y que sea la dicha quien sublime todos los instantes
para poder así arribar sonriente al entorno celestial.


Mauricio Bernal Restrepo.
Bogotá, Colombia.
Ilustración: Jesús Molina (1903-1968).

viernes, 31 de julio de 2009



OCASO

Cuando el sol en el poniente se oculta silencioso
y por el mullido bosque mis recuerdos yo repaso
la luz que por los árboles me anuncia ya el ocaso
me invita a caminar muy reflexivo y cadencioso.

Percibir el aroma del follaje es algo majestuoso
y escuchar el trino de las aves un rito venerable
la fiel naturaleza siempre nos acoge tan amable
en la soledad el paisaje se muestra tan hermoso.

En la vida ser contemplativo es algo muy honroso
porque en todas las cosas rescatamos su esencia
cuando se busca la verdad con toda la paciencia
el mundo se nos presenta muy bonito y generoso.

En la mañana el vigor nos hace iniciar el nuevo día
y llenos de esperanza extendemos nuestro abrazo
pero al llegar la tarde el sol languidece con su paso
para abrir la fría noche con esa taciturna melodía.

Los tornasolados arreboles me remontan al pasado
trayéndome recuerdos de una infancia maravillosa
en esos días la existencia era tan grata y generosa
la astucia siempre era un asomo ingenuo de pecado.

Pero hoy que la vida en su lid tanto me ha cambiado
mi curtido cuerpo ya no avanza tan ágil y presuroso
ahora es mi corazón quien intenta sentirse decoroso
cultivando afanoso ese amor que Dios me ha legado.


Mauricio Bernal Restrepo.
Bogotá, Colombia.
Fotografía: Autor desconocido.