domingo, 8 de marzo de 2009


MUJER DORADA

Tu bello rostro curtido por el tiempo inexorable
ahora denota los rigores de una profunda fatiga
es tu aliento un suspiro tenue que todo lo mitiga
y tu mirada triste un faro que brilla perdurable.

Aún evocas los tiempos en que plena de energía
con duro trabajo forjaste el alma de tus hijos
en la cocina preparaste tus recetas y amasijos
y con vital esfuerzo siempre cultivaste tu valía.

A la dura brega te entregaste mansa y abnegada
y con hacendoso afán llevaste el sino de tu hogar
en los aciagos momentos nunca paraste de luchar
conservando siempre tu pulcra senda inmaculada.

En las noches frías con una plegaria te abrigaste
pidiendo siempre piadosa por los hijos y los nietos
orando por los calmos y también por los inquietos
y a tu esposo con sumo cariño cuánto lo cuidaste.

Tu corazón ha sido un cántaro lleno de ternura
en el que siempre vertiste el zumo de tu afecto
el canto de tu vida es tan sonoro y tan perfecto
todo tu ser es un venero donde mana la dulzura.

Con lánguida nostalgia ahora tú evocas el pasado
y traes a tu recuerdo tantas imágenes borrosas
evocando algunas que fueron tristes y pesarosas
pero otras dichosas por saber lo que has logrado.

En tus descendientes un gran amor has irradiado
has cumplido tu encargo dejando indeleble huella
ahora surges como una mujer dorada y muy bella
es bien maravilloso lo que Dios te tiene reservado.

Y llegado el momento de posar tu alma en el cielo
vuela candorosa con tu séquito de ángeles divinos
allá en el edén vas a rondar por apacibles caminos
allá se verá colmada la inefable dicha de tu anhelo.


Mauricio Bernal Restrepo.
Bogotá, Colombia
Fotografía: Kavabanga.

EN ESTE BELLO DÍA INTERNACIONAL DE LA MUJER, QUIERO BRINDAR ESTE SENCILLO POEMA A TODAS LAS TIERNAS DAMAS QUE EN LAS POSTRIMERÍAS DE SU VIDA, IRRADIAN EL BRILLO IRIDISCENTE DE UNA BONDAD PUNDONOROSA Y UNA TERNURA NACARADA.

2 comentarios:

  1. Cuando pasado el margen de la madurez, la mujer (y el hombre) llegan a esa etapa donde mirar atrás y ver aquello conseguido, realizado y aun en el final de su camino lograr esbozar una sonrisa, entonces creo y considero que es la belleza de una larga vida. De aquellos que rodean a esas personas llegado el ocaso de sus días, depende que sus sonrisas sigan ahí siempre.

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  2. El mundo avanza y todos vamos dorando nuestro ser con el paso de los años... por eso la ternura que prodiguemos hoy a las personas mayores, retornará como un abrigo bondadoso y reconfortante, cuando nuestros días se aproximen al tiempo que nos ha sido asignado.

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