jueves, 9 de abril de 2009


CAMINO AL CALVARIO

I

Estando Jesús con sus discípulos en reunión
en el Monte de los Olivos después de la cena
díjoles en tono calmo y con la mente serena:
orad mucho para que no caigáis en tentación.

II

Y luego Judas se acercó a Jesús para besarle
con actitud ciertamente poco digna de admirar
Jesús le dijo: con ese beso me quieres entregar
pero el traidor tan siquiera se atrevió a mirarle.

III

En un juicio que los devotos no pueden olvidar
el Santo Jesús a la dura muerte es condenado
los judíos iracundos ya lo mantienen bien atado
y con gritos amenazantes lo quieren sacrificar.

IV

Y después que Pedro negara a Jesús torpemente
un gallo con su canto la terca mentira presagiaba
fueron tres las ocasiones en que Pedro lo negaba
y por esa traición Jesús supo llorar amargamente.

V

Condenado Jesús por los judíos a Pilato lo llevaron
para dejar sentenciada la crueldad de su demencia
los romanos sólo al César le reconocían obediencia
y por eso una enardecida crucifixión le decretaron.

VI

Los soldados toman a Jesús para herirlo sin piedad
y una corona de espinas en su cabeza es incrustada
con burlas y escupitajos su dignidad fue mancillada
ay si el alma de los hombres está teñida de maldad.

VII

Su odisea inicia con la carga del áspero madero
una cruz más pesada que los pecados redimidos
por camino pedregoso y con los pies adoloridos
lento comienza a recorrer el amargo derrotero.

VIII

Pero al ver que Jesús ya no puede el madero sostener
los soldados obligan al Cireneo para que brinde apoyo
el humilde hombre carga la cruz para salir del escollo
y Jesús puede entonces sus escasas energías reponer.

IX

Algunas mujeres se aproximan a Él afectando su dolor
y Jesús les dice en medio de un sufrimiento tan prolijo
llorad mejor por vosotras y también por vuestros hijos
ahora que podéis engendrarlos con ternura y con amor.

X

Una vez en el Gólgota a Jesús crucificaron los impíos
fijando sus manos y pies con burdos clavos al madero
Dimas y Gestas a su lado miraban el elocuente letrero
aquí yace Jesús el Cristo, soberano rey de los judíos.

XI

En medio de los dos ladrones Jesús ya morirse quiso
en tanto Gestas quería renegar de su carácter divino
pero a Dimas que presagiaba ver en Cristo su camino
Jesús le dijo: hoy mismo gozarás conmigo el paraíso.

XII

Colgado en la cruz contempló a su madre con ternura
y viéndola muy suave expresó: Madre he ahí a tu hijo
y mirando luego al discípulo: he ahí a tu madre le dijo
entonces el discípulo la acogió en su casa con dulzura.

XIII

Y llegada la tarde el cielo lleno de tinieblas anunciaba
la temida muerte del Maestro que muy agónico gemía
en medio de truenos y con una voz suplicante Él decía:
“Dios mío, porqué me has abandonado”, y así expiraba.

XIV

Y en la tarde del viernes José de Arimatea muy devoto
acudió a Pilato para solicitarle el cadáver del Nazareno
y envolviéndolo en una sábana aquél hombre fiel y bueno
lo dejó seguro en el sepulcro hace un tiempo ya remoto.


Mauricio Bernal Restrepo:
Bogotá, Colombia.
Ilustración: Ignoro el nombre del autor.


Adaptación poética realizada por Mauricio Bernal Restrepo,
con base en El documento contenido en el enlace:
http://multimedios.org/docs/d000350/

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