viernes, 8 de febrero de 2008


ABDUCCIÓN

En una noche con estrellas rondando la luna
estando el aire saturado de frescura sideral
contemplaba yo la tranquilidad de una laguna
cuando vi en su reflejo algo bastante inusual.

En seguida yo deduje como era lo más natural
que esa figura reflejada provenía del espacio
y así yo fui levantando mi rostro muy despacio
hasta observar la imagen de una nave estelar.

Yo me quedé estupefacto y sólo pude esperar
el instante preciso para establecer un contacto
y puedo decir en verdad que casi fue en el acto
cuando una luz muy intensa comenzó a iluminar.

Rápidamente esa fuerte luz se puso a serpentear
y cuando menos pensé su brillo me había enfocado
yo me quedé atónito y pronto me sentí anonadado
en tanto que mi gélido cuerpo comenzaba a levitar.

Sin duda alguna esos intrusos me querían capturar
y por medio de esa rara luz me fueron levantando
yo muy asustado tuve fuerza para irme relajando
y ya en la escotilla ellos se asomaron para saludar.

En verdad yo no tuve siquiera necesidad de hablar
porque su método de comunicación era telepático
quien primero me indagó era un ser muy simpático
y creo que en la nave era el encargado de mandar.

Primero dijo: Nosotros hemos venido en son de paz
nacimos en una estrella triple conocida como Orión
yo soy el jefe que comanda esta importante legión
y nos movemos a la velocidad de una estrella fugaz.

Y luego prosiguió: Hemos venido a la Tierra a tutelar
porque ya sabemos que este planeta está amenazado
el hombre en su afán de beligerancia lo tiene minado
y a menos que reflexione, este planeta va a estallar.

Después de una breve pausa yo me propuse replicar
pero en eso el exótico comandante me interrumpió
y con un ademán apacible en sus manos me advirtió:
para comunicarte con nosotros no necesitas hablar.

Todo lo que pienses nosotros lo podemos interpretar
porque el lenguaje hablado es algo bastante primitivo
si quieres comunicarte requieres simplemente pensar
ya verás lo fácil que resulta ser un hombre intuitivo.

Al comienzo yo tenía tanto susto que me iba a orinar
pero poco a poco su energía me iba dando confianza
y ahí fue cuando yo muy apresurado y sin tardanza
con el sólo pensamiento me puse con ellos a platicar.

En verdad ellos tenían un erudito conocimiento estelar
dominaban las rutas del espacio en todos sus confines
su pensamiento era homogéneo y sus ideas muy afines
y también fue muy curioso mirar su forma de caminar.

Al interior de la nave el ambiente era algo muy especial
allí uno podía respirar un aire muy saturado de pureza
el clima era fresco pero sanamente cargado de tibieza
y en todos los rincones se sentía una energía muy vital.

Cada uno de los allí presentes tenía un aspecto singular
su cuerpo aunque pequeño resultaba bien proporcionado
su silueta se veía homogénea y su rostro parecía clonado
y su profunda mirada tenía la fuerza del influjo nuclear.

Su aumentado cráneo dejaba ver una marcada evolución
y un sobrio traje su cuerpo ajustaba con brillo iridiscente
la energía emanada de sus manos era llama muy candente
y todos realizaban su oficio con abrumadora coordinación.

No sé cuánto tiempo permanecí en este fantástico lugar
en esas condiciones la noción del tiempo bien desaparece
pero fueron muchas las cosas mágicas que pude observar
aquí la realidad en medio de tanta fantasía se desvanece.

Creo que ellos me radiaron con su pensamiento subliminal
y muy fácil me hicieron entender en una forma inyectada
que la vida en toda su magnitud tiene cobertura universal
y que el planeta Tierra en medio de la eternidad, es nada.

Cumplida la misión yo entendí que la jornada ya finalizaba
cada uno se fue despidiendo con una venia muy reverencial
y así nos fuimos dirigiendo juntos hacia la puerta principal
para regresar al primitivo mundo que ignoto me aguardaba.

Luego me paré en un pedestal de marcada forma circular
en el que una blanca y radiante luz todo mi cuerpo iluminó
en seguida el pedestal se desplazó y todo mi cuerpo levitó
descendiendo lentamente hasta dejarme en el mismo lugar.

Yo me aparté de la nave y mis ojos parecían desorbitados
alcé mi mano a la par que ellos lo hacían por las ventanillas
muy exhausto y mirando fijo al espacio me puse de rodillas
al tiempo que la nave despegaba hacia mundos impensados.


Mauricio Bernal Restrepo.
Planeta Tierra.
Era de Acuario.
Ilustración: Autor desconocido.

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